La respiración consciente llegó a mivida por casualidad. Y vino para quedarse.

Nunca pensé que algo tan sencillo pudiera ser tan poderoso.

No es casualidad que todas las técnicas que trabajan la relajación utilicen la respiración como recurso.

Podemos hablar de yoga, meditación, mindfulness, hipnosis y un largo etc.

Y esto… ¿por qué?

En los últimos años se han publicado varios estudios (te dejo las refencias al final del post) que ven la relación entre la respiración y la actividad neuronal, conectándolo con el funcionamiento del sistema nervioso.

Así, ya se sabe, que hay ciertas neuronas que se relajan con la respiración profunda y se activan con la respiración más entrecortada o superficial. Si estas neuronas se activan, al mismo tiempo, activan el centro de excitación (neuronal) e hiper-activan el cerebro, activando así todo el mecanismo de defensa que tenemos liberando cortisol y adrenalina para enfrentarnos a esos momentos de excitación.

Es decir, si algo nos agobia, nos pone nerviosas, o nos estresa, nuestra respiración se hace menos profunda, más entrecortada y eso activa estas neuronas que “ayudan” a nuestro cerebro a activar todo su mecanismo de defensa.

Pero si en ese momento, nos acordamos de realizar una respiración más profunda, lenta y controlada, estas neuronas se relajan, frenando esa excitación neuronal y rebajando así automáticamente todo el nivel de excitación de nuestro sistema nervioso, ayudando a frenar los picos elevados de adrenalina y cortisol.

Además, cuanto más tiempo dediquemos a esta respiración profunda y lenta, más tiempo estarán esas neuronas en “calma”, nuestra mente entra en reposo, se relajan los pensamientos negativos y las preocupaciones.

¿Cómo me puede ayudar la respiración entonces?

Cada vez que estés más nerviosa de lo normal, cada vez que sientas que te falta el aire, cada vez qñue crees que vas a estallar y a ponerte a gritar… para un momento, coge aire conscientemente, profundo, llévalo hasta la tripa y suéltalo poco a poco. Y hazlo todas las veces que sientas que lo necesitas.

Tus neuronas se calmarán, tu cerebro se relajará y dejará de dar órdenes para soltar adrenalina y cortisol, sino que empezarás a generar hormonas de las “bonitas”.

Simplemente con la respiración, siendo consciente y cambiándola a una respiración profunda, cambia el cocktail químico que tienes en tu cuerpo y como consecuencia cambia tu emoción.

Así de sencillo. 😉